viernes, 20 de octubre de 2017

¿QUE ES LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA EN EL CONTEXTO DE LOS CUIDADOS EN SALUD?

Dentro de nuestra serie de entradas sobre innovación conviene hablar sobre la transferencia de tecnología porque en ella se apoya la innovación cuando el conocimiento que se aplica en la mejora de un producto, un proceso o una forma de organizarse, tiene origen en una disciplina u organización distinta de la de su aplicación.

Nuestra entrada anterior explicaba cómo el investigador obtiene un conocimiento que el innovador aplica luego a la mejora de su práctica diaria. En los cuidados en salud, es frecuente que el investigador y el innovador sean la misma persona. En este caso, el conocimiento adquirido por la faceta investigadora del profesional se aplica gracias a la faceta innovadora. El conocimiento aplicado se ha llamado tradicionalmente tecnología, de ahí que se diga que su traslado a otro hospital, clínica o sistema sanitario ocurre mediante la transferencia de tecnología.


La utilización del  término “tecnología” se ha venido sustituyendo últimamente, en los medios y en nuestras conversaciones coloquiales, por el término “innovación”[1], pero no así en el procedimiento de traslado del conocimiento aplicado, que se sigue llamando transferencia de tecnología. A algunos les parecerá que la expresión “transferencia de tecnología” es auto-descriptiva, sin embargo el asunto es más complejo de lo que puede inferirse de una primera impresión. La transferencia de  tecnología no se refiere solamente al proceso de transmisión del conocimiento aplicado, sino también a la transmisión de los medios y derechos de explotación hacia terceras partes, para su aprovechamiento o explotación de manera que contribuya al desarrollo de las capacidades de todas las partes involucradas (REF). En otras palabras: la transferencia de tecnología tiene una clara intención de generar beneficios económicos derivados de potenciar la innovación en el sector productivo. 

Un ejemplo claro de transferencia de tecnología: en el año 2011 un grupo de investigadores del centro Genyo, en Granada, diseñaron un nuevo método para la identificación de células tumorales en el plasma sanguíneo. Hoy en día este método, licenciado a la empresa Pangæa Oncology  (que recientemente movió su sede social de Barcelona a Zaragoza[2]) se ofrece hoy como parte de uno de sus servicios estrella: Non-invasive 'liquid biopsy'. De esta manera, esta tecnología diagnóstica queda accesible al público general, siempre –claro está- que se cumplan los requisitos para su indicación médica.

Para empezar a comprender lo que abarca la transferencia de tecnología en el sector salud, identifiquemos primero de qué exactamente estamos hablando. Por ejemplo, un medicamento de terapias avanzadas ¿es tecnología sanitaria? y las Unidades de Gestión Clínica, ¿son tecnología sanitaria?  ¿A qué llamamos “tecnología sanitaria”?



Según la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía (AETSA),  la expresión “Tecnología Sanitaria” se aplica a “cualquier técnica, instrumento, equipo, medicamento, procedimiento médico o quirúrgico, a los sistemas de información, a programas sanitarios y a formas de organización de las diversas prácticas profesionales en los distintos servicios de salud, ya estén destinados a la prevención, al diagnóstico, al tratamiento, a la rehabilitación, al cuidado, o a la mejora de la calidad de vida de los individuos y de la comunidad[3].

Entonces, tanto los medicamentos de terapias avanzadas, por ser “medicamento”, como las  Unidades de Gestión Clínica, por ser “formas de organización de las diversas prácticas profesionales”, son tecnología sanitaria.

Existen varios modelos de transferencia de tecnología de diferente complejidad que dan una visión general de la relación que existe entre los distintos participantes en la transferencia de  tecnología. Los modelos más simplificados, consideran que los participantes interesados (o stakeholders) en la transferencia de tecnología, son únicamente los centros públicos de investigación y las empresas, donde los primeros serían generadores de conocimiento aplicable y las segundas, el agente de innovación que permite la accesibilidad a dicho conocimiento aplicable a través de la comercialización. Otros modelos incorporan al estado como stakeholder y  elemento fundamental en la transferencia de tecnología debido a que tiene la capacidad de potenciarla construyendo un marco legal que la estimule, como por ejemplo ventajas fiscales para empresas innovadoras que adquieran tecnología nacida en los centros públicos de investigación[4]. Algún modelo más complejo, incorpora además al mercado como stakeholder que demandaría el desarrollo tecnológico, activando la transferencia de tecnología a los tres niveles antes mencionados: organismos públicos de investigación, empresas y marco legal[5].

Cada uno de los stakeholders de la transferencia de tecnología tiene su propio conjunto de herramientas para trabajar. Por ejemplo, los organismos públicos de investigación potencian la transferencia de tecnología con distintas herramientas y estrategias, como la incentivación del personal investigador, la obtención de registros de propiedad industrial (que sirve para potenciar la confianza de los inversores a la hora de desarrollar la tecnología hasta que esté madura para lanzarla al mercado), o la firma de acuerdos de colaboración público-privada. En próximas entradas trataremos con más detalles cada una de estas herramientas.  




[1]De manera cuestionable pues, según el consenso reflejado en el Manual de Oslo (OECD, 2005) “innovación” es el proceso de implantación de una mejora en un producto, procedimiento o forma de organizarse, en un contexto concreto. Mientras que el uso actual más extendido, se refiere a una particular aplicación el conocimiento que no ha sido necesariamente implantado en ningún contexto concreto todavía.
[2] http://www.expansion.com/catalunya/2017/10/19/59e8687f268e3e6b378b45ca.html
[3] Tomada del formulario de atención ciudadana de AETSA: http://www-csalud.dmsas.sda.sas.junta-andalucia.es/aetsa/solicitaform.asp
[4] https://academic.oup.com/spp/article-abstract/25/3/195/1630936/The-Triple-Helix-as-a-model-for-innovation-studies
[5] http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1468-2451.00316/full

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