El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer de manera definitiva la reforma de Ley de la Ciencia, Tecnología y la Innovación, que se publicará en el Boletín Oficial de Estado (BOE) para su entrada en vigor. Esta reforma recoge una serie medidas para la mejora científica y técnica en el ámbito de la I+D+I, con el fin de otorgar más garantías y derechos a la comunidad científica e innovadora en España. Otro de los ejes de la reforma está orientado a reducir la carga administrativa del sector I+D+I y reforzar la transferencia de conocimiento, una de las carencias del sistema de I+D+I español, a través de nuevos mecanismos. Asimismo, se brindará por primera vez seguridad jurídica a la igualdad de género en el Sistema de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, donde la perspectiva de género sea eje transversal de los instrumentos de planificación de los agentes públicos en ciencia, tecnología e innovación. Además, la reforma blinda una financiación pública de la I+D estable y creciente, con el objetivo de que alcance el 1,25% del PIB en 2030 -y el 3% junto a la inversión privada-, de conformidad con el Pacto de la Ciencia y la Innovación.
viernes, 26 de agosto de 2022
Aprobación definitiva de la reforma de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación
El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer de manera definitiva la reforma de Ley de la Ciencia, Tecnología y la Innovación, que se publicará en el Boletín Oficial de Estado (BOE) para su entrada en vigor. Esta reforma recoge una serie medidas para la mejora científica y técnica en el ámbito de la I+D+I, con el fin de otorgar más garantías y derechos a la comunidad científica e innovadora en España. Otro de los ejes de la reforma está orientado a reducir la carga administrativa del sector I+D+I y reforzar la transferencia de conocimiento, una de las carencias del sistema de I+D+I español, a través de nuevos mecanismos. Asimismo, se brindará por primera vez seguridad jurídica a la igualdad de género en el Sistema de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, donde la perspectiva de género sea eje transversal de los instrumentos de planificación de los agentes públicos en ciencia, tecnología e innovación. Además, la reforma blinda una financiación pública de la I+D estable y creciente, con el objetivo de que alcance el 1,25% del PIB en 2030 -y el 3% junto a la inversión privada-, de conformidad con el Pacto de la Ciencia y la Innovación.
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