La Investigación Traslacional está hoy consolidada como una potente
herramienta para la innovación en el ámbito de los cuidados de la salud. Gracias
a ella se consiguen aplicar los conocimientos adquiridos en campos de estudio
no clínicos a la solución de problemas relacionados directamente con los
cuidados de la salud.
En los años próximos al cambio de siglo,
la biomedicina se encontraba en una encrucijada. Si bien la importancia de mejorar
nuestra comprensión de los estados de salud y enfermedad resultaba evidente, el
conocimiento adquirido no conseguía mejorar los tratamientos, diagnósticos y
cuidados ofrecidos a los pacientes. La
Investigación Traslacional surgió entonces como salida a una situación que parecía
insoslayable. Una de las publicaciones de mayor impacto en su conceptualización[1],
resume el problema de la siguiente manera: “Los cuerpos médicos científicos y los responsables de políticas
sanitarias se muestran cada vez más preocupados porque los descubrimientos
científicos de las pasadas generaciones no se están trasladando eficientemente
en beneficios tangibles para los pacientes.”
Así, inicialmente, la investigación traslacional se concibió
como una herramienta científica para puentear el abismo en el que caían
irremediablemente los resultados de la investigación básica en biomedicina,
favoreciendo su llegada a la clínica y a los pacientes y, con ello, cerrando
eficientemente el ciclo de inversión en investigación biomédica.
NATURE. Published online 11 June 2008 | Nature 453, 840-842 (2008) | doi:10.1038/453840a.Autor: B. Mellor |
Sin embargo, el concepto de investigación traslacional ha sufrido
una rápida evolución desde que comenzara a acuñarse en los primeros años del
siglo XXI, cuando solía sintetizarse mediante la conocida frase “bench to bedside”. Si bien el concepto
siempre está relacionado con la necesidad de adaptar el conocimiento adquirido
en distintos campos de investigación básica a la práctica clínica -algo
imprescindible para que el avance en el conocimiento se traduzca en avances
para los cuidados de la salud y para alcanzar el objetivo global de vivir más y
mejor-, la complejidad de esta adaptación es tan elevada que han surgido
numerosas definiciones que, al coexistir, provocan cierta confusión en cuanto a
lo que se considera realmente Investigación Traslacional.
Hoy en día se considera que el
conocimiento básico puede llegar desde cualquier campo de estudio, no solo la
biomedicina. La medicina traslacional actual integra en la práctica clínica no
solo conocimientos de biología celular y molecular, sino también conocimientos
informáticos y de ingeniería. A la vista
están, por ejemplo, el potencial clínico del Big Data, la robótica y la
ingeniería de órganos y tejidos mediante nuevos materiales e impresiones 3D. El consenso establece hoy 5 fases para la Investigación Traslacional[2]:
FASE
|
ACTIVIDADES QUE COMPRENDE
|
T1
|
Procesos que llevan ideas para la aplicación de conocimiento proveniente
de la investigación básica a la obtención de las primeras evidencias en
muestras de pacientes y/o ensayos en humanos.
|
T2
|
Proyectos relacionados con el establecimiento de la
efectividad en humanos y guías de práctica clínica.
|
T3
|
Investigación dirigida a la implantación
y diseminación de innovaciones y nuevas aplicaciones clínicas.
|
T4
|
Investigación centrada en la efectividad y resultados en
poblaciones.
|
T0
|
Comprende investigación clínica que devuelve el testigo a la
investigación básica, como por ejemplo los estudios GWA (Genome-Wide Association)
|
La necesidad de mejorar nuestras
estrategias para el traslado del conocimiento desde áreas de investigación
básica a la clínica, en particular mediante la realización de ensayos clínicos,
viene impulsando en los últimos años los programas de financiación autonómicos,
nacionales e internacionales. La Investigación
Traslacional se ha convertido en una prioridad para las estrategias de
salud de muchos gobiernos y de los programas internacionales más destacados y
competitivos.
Nuestro equipo de la Fundación
Progreso y Salud, ha consolidado varias definiciones consensuadas por expertos
en una definición propia que aplicaremos para guiar nuestros criterios en los
servicios de información, análisis y gestión
de la investigación biosanitaria:
Se
considera Investigación Traslacional
a la investigación multidisciplinar sobre problemas clínicos que
traslada conocimiento adquirido en el laboratorio a métodos de prevención,
diagnóstico o terapia en pacientes y que utiliza datos de pacientes e
información obtenida de la práctica clínica.
La Investigación Traslacional
comprende por tanto, según nuestro criterio, desde estudios en modelos electrónicos,
celulares y animales (siempre que se utilicen genes, células o datos obtenidos
de pacientes en la práctica clínica), incluyendo todas las fases de los ensayos
clínicos, estudios observacionales y estudios post-comercialización, hasta la
toma de decisiones terapéuticas en la práctica clínica diaria.
La Investigación Traslacional es además una fase necesaria para una buena parte de la innovación en los cuidados de la salud ya que forma parte del proceso que permite ajustar la innovación a un entorno clínico particular.
[1] Sung NS, et al. Central challenges facing the national clinical
research enterprise. JAMA 2003; 289: 1278–1287
[2] Fort, D.,
Herr, T., Shaw, P., Gutzman, K., & Starren, J. (2017). Mapping the evolving
definitions of translational research. Journal of Clinical and
Translational Science, 1(1), 60-66. doi:10.1017/cts.2016.10
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